Fueron 30 días de hambre, racionando la ración de 4500 Kcal./día a menos de la mitad, situación que de algún modo fue voluntaria, pues al ascender el Cerro Bastión, desde los 1300 mts. a los 2200 mts llevando los 4 trineos de 80 kilos cada uno, nos dimos cuenta que era demasiado, además que confiamos en nuestro buen rendimiento una vez en el plano, cosa efectiva, así que dividimos la comida a 25 unidades, dejando de lado en un deposito mas de 13 unidades, sabiendo el riesgo que corríamos, pero nos cayo encima una tormenta impresionante que nos dejo enterrados por 9 días en una cueva así que cuando la final logramos bajar al otro lado, teníamos poco para mucho. En varias ocasiones temimos fracasar y deber pedir ayuda, cosa teórica y no muy real pero que de alguna manera lesionaba todo el proyecto. Al final perdimos casi 10 kilos de peso, débiles, agotados llegamos al final, pero llegamos...
			Una vez repuestos de la dura batalla que significo el descenso de la pared sur de la Falla, descanzamos un dia pero luego retornamos como antes a la misma rutina. Seguimos un curso lleno de titubeos, dificultades y pesima visibilidad llegando al final del dia a el paso "Dos Codos", que cruzamos, sortenado varias grietas de bajada, donde empleamos un metodo curioso, a pie, con los skis en el trineo y este delante, de bajada, empujado por nosotros asi si este caia a la grieta, era sin su tripulante, o bien si este pasaba la grieta y caia el que lo venia empujando el mismo trineo, pesado y de bajada lo autoaseguraba. En teoria funcionaba, pero por suerte nunca se probo. Al final llegamos a una meseta casi en el Collado Reichert, en medio de blizzards y malos presagios, abocandonos a armar el detestable muro y campamento, esta vez sin alegria pues no habia comida para disfrutar, solo para subsistir, a ratos entre jirones de nubes, se asomaban fantasticas cumbres, que cual fantasmas dificil las volveremos a ver.
			El Grey nunca se nos olvidara!!. Una vez cruzado el Corredor Reichert, llegamos a la cuenca superior del Glaciar Perito Moreno, muy plana y con el viento a nuestras espaldas, muy rapido, para luego seguir la gran subida a el Altiplano Polonia, a ambos lados de la ruta se elevaban bellos cerros, mucho no escalados pero nosotros librabamos nuestra propia guerra interior, el frio y hambre ya nos tenian tomados hace dias, a la fecha, desde el 25 de Diciembre que estabamos con raciones parciales de 2000 Kcal/dia, para una actividad muy demandante que solicitaba a lo menos 5000 a 6000 Kcal/dia asi que en definitiva nos estabamos autoconsumiendo y eso se notaba, principalmente por el frio constante. Al llegar a la cuanca del Grey, nos tomo una tormenta por 2-3 dias a los pies del cerro Ecrin, los 4 en solo la carpa Salewa Grande pues nos vimos obligados a armar un bunker gigante para resistir el asalto del viento arremolinado de esa region. Al final salimos una manana, con neblina y viento que a los 10 minutos nos volteo completamente, arrojando los trineos unos 5 metros , volcando y desgarrando todo, a aparte de botarnos cual palitroques, sin embargo nos levantamos y decidimos seguir pero a los 5 minutos otra rafaga demencial nos arroja al suelo y vueve a volcar las pulkas de 70 kilos!, Ahi termino esa incursion y regresamos a el bunker por otro dia mas de espera. Finalmente salimos pero todo estaba tan helado, producto de un fenomeno extrano, que durante todo el dia y el siguiente solo usamos crampones, pues la superficie era de hielo puro, durisimo, que nos tomo al final de ese dia mas de 4 horas en lograr armar un muro pues la sierra y pala no servian para el hielo.
			Con la experiencia y el equipo que llevábamos, pudimos imprimirle a el curso de la travesía un movimiento casi continuo, así aprendimos a salir de la carpa todos los días , no importando como estaba fuera, que condiciones nos esperaban pues como me gusta decir, estábamos en la "tierra de la incertidumbre" así fácilmente puedes salir con sol y terminar a la hora en medio de la peor tormenta, así que lucubraciones sobre el clima u otros se eliminaron y la regla era salir todos los días, logrando movernos siempre aunque sea unos pocos kilómetros, varias veces recuerdo estar en medio del caos, resistiendo viento sobre 100 Km./hora, con cero visibilidad, nieve muy pesada y de un avance exasperantemente lento, sintiendo como el agua entraba por tu ropa a los minutos de dejar la carpa, como llegaba a tus calcetines y luego zapatos, como con agrado esta agua se calentaba y lograbas un confort relativo pero que en cualquier cambio de pendiente desaparecía pues esta agua se desplazaba y te volvías a enfriar, sintiéndote miserable, pero al mirar atrás o al ver a tus compañeros, sufriendo lo mismo, en forma mas que estoica, no podías dejar de sentirte orgulloso del esfuerzo y voluntad demostrada y quizás esa sentimiento era lo que mas nos motivaba aun en los peores momentos.
			El Hielo Patagónico Sur, es quizás el lugar mas hermoso del mundo, mas intenso y mas difícil de conquistar, lleno de incógnitas, mas aun lleno de incertidumbre, al final de la travesía llegamos a conocerlo bastante bien y a temerle también, varias veces nos tubo al borde del desastre, con hipotermia, perdidos mas de 6 horas unos de otros, perdiendo día tras día peso, auto consumiéndonos, cayendo a grietas mas de 10 metros, volcando nuestros trineos y tumbándonos en el suelo cual palitroques en un juego que no deseábamos participar pero que ya era tarde para retirarse, una tierra vacía sin duda, pero intensa y hermosa que todos los días algo tenia que ofrecernos, algo distinto, ya sea un obstáculo nuevo, o una alegría o descubrimiento nuevo, sin duda fue una alegría poder recorrerlo completo, mas si fuimos los primeros, sin duda fue hermoso, sin duda iría de nuevo, nunca , creo, he sido o me he sentido tan intensamente vivo y feliz como en el Hielo Patagónico Sur....
			En el mapa que llevabamos, el clasico de Liboutry a una escala bastante grande, se veia un manchon al sur de la meseta de los Franceses, que realmente no sabiamos que era, pansabamos se trataba de algun nuevo nunatak o algo asi, bueno al fin luego de pasar el Col Mombiano, en pesimas condiciones llegamos a su cumbre e iniciamos un vertiginoso descenso , rapido, sin dificultades , con una que otra grieta que nos llevo de 1600 mts a 900 mts en menos de una hora!, era como un a montana rusa!, pero llego lo que temiamos, al alcanzar tan baja altura, el hielo afloro, cediendo la nieve y con el las grietas, agua etc, asi que sacamos los skis y a crampon seguimos por un par de kilometros, en medio de una niebla muy intensa, que nos condujo a unas rocas enormes, varias, con pasadas con nieve, un caos!. No poseiamos cartas o fotografias aereas, asi que a el tanteo seguimos, hasta llegar cerca de una laguna, donde armamos el campamento, pues era tarde, mientras dos quedaron en esos menesteres, con Fica partimos a explorar, subiendo morrenas y rocas, visualizando al fin una posible pasada al sur, dandonos cuenta que estabamos a los pies de una cadena de roca que corta completamente el hielo, lo separa al menos en verano, y que habia que cruzar para seguir. El campamento resulto ser establecido sobre hielo congelado sobre el lago asi estabamos sobre el agua, soportados por unos 80 cm de nieve-hielo duro y bajo este el laguito!. A la manana siguente partimos y cruzamos la banda de rocas, pasando a usar los trineos cual 4x4 sobre piedras y rocas, ascendiendo unos 300 metros para llegar asi al otro lado, acompanados de un dia bastante hermoso que nos llevaria al Col de la Alegria. Cerca del fin.
			Fotografía de Rodrigo Fica.